Embalaje sostenible: ¿cómo lograr que tenga el mínimo impacto ambiental?

Explicamos cómo lograr un embalaje sostenible para reducir residuos, conservar recursos naturales y minimizar la huella de carbono, desde el uso de materiales reciclados y biodegradables hasta la optimización del embalaje y la implementación de sistemas reutilizables. Citamos estrategias concretas y ejemplos prácticos para crear un embalaje más amigable con el medio ambiente.

Embalaje sostenible

Márketing Legro

Última modificación: 31 mayo 2023

En un mundo en el que cada vez somos más conscientes del impacto ambiental de nuestras acciones, la necesidad de adoptar prácticas sostenibles en todos los aspectos de nuestra vida se ha vuelto imperativa. Uno de los elementos clave en la cadena de suministro que ha sido objeto de un creciente enfoque hacia la sostenibilidad es el embalaje. El embalaje desempeña un papel fundamental en la protección de los productos durante el transporte y el almacenamiento, pero también puede tener un impacto significativo en el medio ambiente debido a la generación de residuos y al uso de recursos no renovables.

En este artículo, exploraremos cómo lograr un embalaje sostenible y su importancia para la promoción de un futuro más verde. A lo largo de nuestro recorrido, abordaremos varios puntos clave, incluyendo la selección de materias primas sostenibles, la eficiencia en el uso de los materiales, la reciclabilidad, la reducción de residuos, el transporte eficiente, el impacto ambiental y la innovación y el diseño sostenible. Cada uno de estos aspectos desempeña un papel crucial en el proceso de transformación hacia un embalaje más sostenible, donde se busca minimizar el impacto ambiental sin comprometer la funcionalidad y la protección del producto.

¿Qué entendemos por embalaje sostenible?

El embalaje sostenible se refiere a aquel que ha sido diseñado y producido de manera que minimiza su impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida. Es una forma de empaquetar productos que prioriza el uso de materiales renovables, reciclados y biodegradables, así como la reducción de residuos y la eficiencia en el uso de los recursos.

La importancia del embalaje sostenible radica en su potencial para contribuir a la protección del medio ambiente y la conservación de los recursos naturales. Al adoptar prácticas de embalaje sostenible, se pueden obtener beneficios como:

En 2023, la industria del packaging sostenible se estima que será valorada en 266,400 billones de dólares en billones españoles, según Future Market Insights, y se calcula que para 2033 sobrepase los 533,900 billones de dólares.

Como hemos anticipado, un embalaje sostenible es aquel que ha sido diseñado y producido de manera que minimiza su impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida. Para considerar un embalaje como sostenible, se deben tener en cuenta varios factores:

  • Materias primas: Un embalaje sostenible utiliza materiales renovables y/o reciclados en lugar de depender en gran medida de recursos no renovables. Se priorizan materiales como papel, cartón, vidrio, metal y plásticos biodegradables o compostables.
  • Eficiencia en el uso de materiales: Un embalaje sostenible busca utilizar la menor cantidad de material necesario para proteger y contener el producto. Esto implica minimizar el exceso de envoltorios, reducir el grosor de los materiales y optimizar las dimensiones del embalaje para ocupar menos espacio.
  • Reciclabilidad: Un embalaje sostenible es fácilmente reciclable y forma parte de un sistema de gestión de residuos eficiente. Debe estar compuesto por materiales que puedan ser separados y reciclados sin perder calidad, fomentando así la economía circular.
  • Reducción de residuos: Un embalaje sostenible busca minimizar la cantidad de residuos generados a lo largo de su vida útil. Esto puede lograrse mediante la implementación de diseños inteligentes que reduzcan la necesidad de sobreenvoltorios o utilizando materiales biodegradables que se descompongan rápidamente en el medio ambiente.
  • Transporte eficiente: Un embalaje sostenible tiene en cuenta la eficiencia en el transporte. Esto implica maximizar la capacidad de carga, reducir el peso y el volumen del embalaje, y utilizar materiales resistentes para evitar daños y desperdicios durante el transporte.
  • Impacto ambiental: Un embalaje sostenible considera el impacto ambiental durante su producción y eliminación. Esto implica minimizar el consumo de energía, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y utilizar procesos de fabricación más limpios.
  • Innovación y diseño: Un embalaje sostenible fomenta la innovación y el diseño creativo. Se buscan soluciones que sean funcionales, atractivas y prácticas, al tiempo que se reducen los impactos ambientales negativos.

Enfoque en la minimización del embalaje

Debemos tener en mente que el embalaje más sostenible es el que no necesita producirse. Por eso, aunque ya hemos apuntado en esta dirección con la reducción de residuos en el apartado anterior, es importante subrayar la importancia de esta meta clave para lograr la sostenibilidad en el embalaje. Aquí hay algunas estrategias para alcanzar ese objetivo:

  • Diseño consciente: Adoptar un enfoque de diseño consciente que priorice la minimización de materiales desde la etapa inicial. Esto implica evaluar cuidadosamente las necesidades de protección del producto y utilizar solo la cantidad necesaria de material para cumplir con esos requisitos. Optimizar la forma, el tamaño y la estructura del embalaje puede ayudar a reducir la cantidad de material utilizado.
  • Utilizar materiales ligeros y delgados: Optar por materiales más livianos y delgados puede reducir significativamente la cantidad de material necesaria. Por ejemplo, utilizar películas de plástico más delgadas o cartón corrugado de menor gramaje puede disminuir el peso total del embalaje sin comprometer su resistencia y protección.
  • Embalaje de tamaño justo: Asegurarse de que el embalaje sea del tamaño adecuado para el producto que contiene. Utilizar embalajes demasiado grandes genera un desperdicio de espacio y materiales. El embalaje justo evita el uso excesivo de material y mejora la eficiencia del transporte.
  • Embalajes plegables y apilables: Utilizar embalajes que se puedan plegar y apilar eficientemente durante el almacenamiento y el transporte. Esto ayuda a reducir el volumen de los embalajes vacíos y a maximizar el espacio utilizado en los envíos, lo que a su vez reduce la necesidad de más material.
  • Reemplazar materiales no sostenibles: Buscar alternativas sostenibles a los materiales convencionales, como plásticos de un solo uso. Por ejemplo, utilizar materiales biodegradables, compostables o reciclables en lugar de opciones no sostenibles puede ayudar a reducir el impacto ambiental.
  • Implementar sistemas de embalaje reutilizable: Utilizar sistemas de embalaje reutilizable, como palets o contenedores retornables, en lugar de embalajes de un solo uso. Estos sistemas permiten reducir la necesidad de producir nuevos embalajes en cada envío y minimizan la generación de residuos.
  • Colaboración en la cadena de suministro: Trabajar en colaboración con proveedores, fabricantes y minoristas para identificar oportunidades de reducción de materiales y optimización del embalaje en toda la cadena de suministro. Compartir información y buscar soluciones conjuntas puede conducir a mejoras significativas en la eficiencia y sostenibilidad del embalaje.

Ideas para packaging sostenible

Cada vez más marcas están adoptando ideas de packaging sostenible y apostando por la innovación para potenciarlo, y se espera que surjan nuevas opciones a medida que avanzamos hacia un enfoque más responsable con el medio ambiente. Algunas de estas ideas son:

Utilizar embalajes de papel y cartón reciclado:

  • Alimentos: Cajas de cartón para cereales, galletas o barras de granola.
  • Bebidas: Envases de cartón para zumos, leche o vino.
  • Cosméticos: Cajas o incluso sobres de papel para productos como jabones o champús.

Optar por plásticos biodegradables y compostables:

  • Alimentos: Bolsas de bioplástico compostable para frutas y verduras.
  • Productos de cuidado personal: Tubos de bioplástico compostable para pastas de dientes o cremas.
  • Envases de productos de limpieza: Botellas de bioplástico compostable para detergentes.

Emplear materiales de origen vegetal o renovable:

  • Moda: Bolsas de tela hechas con algodón orgánico o cáñamo.
  • Electrónica: Embalajes hechos con pulpa de papel de origen sostenible para dispositivos electrónicos.
  • Juguetes: Embalajes de madera proveniente de fuentes sostenibles.

Reducir el uso de embalajes secundarios y sobreenvoltorios innecesarios:

  • Electrónica: Evitar el uso de plásticos y envoltorios adicionales en cajas de teléfonos móviles o accesorios.
  • Juguetes: Reducir el uso de plásticos innecesarios en los embalajes de juguetes.

Fomentar el relleno y acolchado sostenible:

  • Envío de productos frágiles: Utilizar materiales de embalaje reciclados o biodegradables, como papel kraft arrugado o corcho, en lugar de plástico de burbujas.

Implementar sistemas de embalaje reutilizable:

  • Logística y distribución: Utilizar contenedores retornables para el transporte de productos entre fabricantes y minoristas.
  • Alimentos frescos: Ofrecer envases retornables para la entrega de productos a domicilio.

Diseñar embalajes inteligentes y compactos:

  • Alimentos: Envases plegables para snacks o alimentos en porciones individuales.
  • Productos farmacéuticos: Blísters compactos para medicamentos.
  • Moda: Utilizar sobres siempre antes que cajas, por su menor volumen.

Consulta con profesionales del embalaje

Es altamente recomendable consultar a profesionales del embalaje para garantizar el uso óptimo de materiales y lograr un empaquetado eficiente que evite devoluciones que pueden aumentar las emisiones de CO2 por los trayectos logísticos innecesarios, por ejemplo.

Expertos como Legro poseen conocimientos especializados sobre los materiales y técnicas más adecuados para empaquetar cada tipo de producto, lo que permite encontrar soluciones que minimicen el uso de recursos sin comprometer la protección del producto durante el transporte y el manejo.

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