Packaging para moda: ¿qué alternativas existen en 2022?

La moda es algo que seduce no sólo a través de la vista, o de la satisfacción de una necesidad: también a través de las emociones y las sensaciones. Un pañuelo puede ser estéticamente bonito y abrigarnos muy bien el cuello, pero también nos puede evocar una sensación de calidez más allá de su tejido, trayéndonos a la mente un recuerdo o transportándonos a un lugar donde nos gustaría estar. Por eso, el packaging para moda debe ir en sintonía y no estropear esa conexión que puede lograrse.

Las marcas de moda invierten grandes cantidades de recursos en el diseño y el desarrollo del packaging de sus productos, a pesar de que el envoltorio todavía sea algo efímero, que probablemente será desechado rápidamente, aunque cada vez más se destinan recursos a hacer que no lo sea, como explicamos en este post sobre el packaging ecológico.

El packaging superficial en la moda: la inmortal bolsa de papel con asas

Uno de los tipos de packaging para moda que no pasa nunca de moda, valga la redundancia, es la clásica bolsa de papel con asas con el nombre de la marca y a menudo coloreada. Son bolsas que muchos después guardan para darles más usos: todo aquello ligero que no cabe en un bolso, a menudo va en una bolsa de papel de una tienda de moda que hemos conservado.

De ahí que las marcas hayan puesto grandes dosis de creatividad en este packaging. Por una parte, porque se han convertido en el icono por excelencia del shopping que sirve para identificarse de otras bolsas que pueden llevarse a la vez (en nuestro imaginario colectivo tenemos la famosa escena de la película Pretty Woman con la protagonista cargada de bolsas de papel). Por otro lado, porque si este packaging es atractivo tiene más probabilidades de ser reusado y exhibido a ojos de los demás, por lo que es una forma de visibilidad gratis que no pueden desaprovechar.

Este tipo de bolsas pueden ser de infinitas maneras: en tamaño, en robustez, en colores, en materiales… Las más trabajadas pueden tener las asas de cinta o de cordel y el resto recubierto con una laca satinada que en algunos casos puede ser de plástico o derivados sintéticos, como las de algunas marcas de lujo, que saben que una bolsa suya es símbolo de estatus social, de demostración que el poder adquisitivo de quien la lleva le permite hacerlo. Aunque en los últimos años, tanto marcas de alta gama como otras menos exclusivas intentan dar respuesta a la creciente conciencia social de una clientela exigente con la reducción de la huella medioambiental de lo que compran, con bolsas más reutilizables (de tela, por ejemplo) que incluso pueden constituir un material para fabricar nuevas prendas de ropa.

El packaging de moda individual: cajas de todo tipo

Las compras por internet han potenciado el empaquetado individual de ropa y accesorios de moda, en sustitución de la bolsa, ya que cuando compramos en una tienda física no nos suelen envolver separadamente lo que compramos porque está colgado en perchas, plegado en mesas o expuesto en estanterías o vitrinas, a excepción de la ropa interior, las joyas y los relojes, etc.

Cuando compramos por internet, el packaging de la moda suele consistir en cada prenda envuelta en una bolsa de plástico transparente y un envoltorio de función secundaria (o terciaria) según lo que explicamos en este post sobre tipos de packaging, que se usa para agrupar otros artículos de una misma compra y para facilitar la manipulación, el transporte y el almacenaje del paquete, que suele ser una caja o sobre grande de cartón o un sobre de plástico.

En general, el papel y su primo hermano el cartón (que recordemos que no es más que papel laminado en múltiples capas, lisas u onduladas), tienen un rol preponderante en el packaging para moda.

Sin embargo, aquellas marcas que saben que el unboxing o desembalado para sustraer el producto del interior juega un papel importante en la experiencia de compra suelen cuidar algo más el packaging primario, es decir, aquél que está directamente en contacto con el producto, e incluso el secundario. Cuando este es realmente especial, puede llegar a provocar que el comprador no lo deseche y lo conserve como recuerdo o lo reutilice para guardar cosas en casa. Esto es un triunfo del packaging.

Ropa de gran y pequeño formato

La ropa como pantalones, faldas, camisetas, jerséis, abrigos, etc., puede ir envuelta en sobres o bolsas de papel premium, separada con papel tisú, y en los casos en los que se apueste por algo todavía más de lujo, puede introducirse en cajas rígidas con tapa o tipo estuche. También hay quien elige sobres de plástico reciclado con acabado brillante o bolsas de tela para que puedan reutilizarse después, o incluso devolverse al fabricante para reciclarse para fabricar más ropa.

La ropa interior u otra de pequeño formato puede ir en sobres de papel o plástico, o en cajas rígidas más pequeñas, que incluso se pueden dividir en compartimentos si van varios artículos juntos. En casos en los que se venden varios artículos juntos y todavía se quiere minimizar más el packaging, se puede optar por una tira de papel que rodee la prenda, que admite creatividades como relieves, tacto satinado, etc.

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Joyería, bisutería y relojes

Además de las cajas rígidas de cartón con tapa o tipo estuche (que para hacer más original se puede hacer en formas diversas, como triangulares o redondas, o incluso compartimentadas para poner las diferentes piezas o un artículo de regalo), también se pueden encontrar cajas de cartón o plástico reciclado o derivados con recubrimiento de terciopelo para darle un acabado de lujo, o latas parecidas a las de refresco (que también pueden usarse con ropa interior, por ejemplo), hechas de alguna aleación del aluminio, que protegen más el producto y también ofrecen una experiencia de unboxing memorable.

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Este tipo de packaging suele conservarse después para guardar otro tipo de accesorios que se compraron sin embalaje, por lo que entra a formar parte, como algunos ejemplos anteriores, de la economía circular.

Zapatos

La forma y el tamaño de los zapatos, que a menudo no pueden reducir el espacio que ocupan, obliga a optar en la mayoría de ocasiones por las clásicas cajas de cartón, que pueden ser tan especiales como se desee (con tapa, tipo estuche, con asas, con diferentes acabados, etc.). Sin embargo, si se desea reducir la huella medioambiental se puede optar por ideas como tubos de papel o papel kraft simple, que reducen el material y el espacio requeridos.

Cosmética

Una de las parcelas de la moda en las que se destina más recursos al packaging es la cosmética. Suele constar de un packaging primario (el recipiente), uno secundario (una caja que lo agrupa si van diversos productos) y uno terciario (especialmente si hacemos compra por internet) para facilitar el transporte, la manipulación, evitar roturas, etc.

Aparte de las alternativas que ya hemos detallado anteriormente, que pueden servir también en estos casos (cajas de cartón, latas de aluminio, sobres, etc.) también podemos citar el corcho, que es un material reciclable y compostable, los envases de bambú y de madera, de fibra de coco, etc., que pueden servir tanto como empaquetado secundario como de envase, ya que hay tecnologías patentadas que ejercen de barrera en fluidos a base de agua o de aceite.

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