El objetivo del packaging personalizado es establecer una conexión emocional, hacer que el comprador se sienta alguien especial, y no un simple destinatario de un paquete. Puede lograrse de muchas maneras, algunas más fáciles de lo que pueda parecer. En este post proponemos algunas.
Última modificación: 28 diciembre 2022
Probablemente hay pocas experiencias más memorables que abrir el regalo que nos hace un ser querido, especialmente cuando lo ha cuidado todo al detalle, incluyendo el empaquetado, pensado especialmente para nosotros, quizá con una nota personalizada, o una caja o un papel meticulosamente elegidos. Hoy en día las empresas buscan emular esta sensación en los productos que entregan a sus compradores, gracias al packaging personalizado. En este post explicamos cómo y por qué.
El objetivo del packaging personalizado es hacer que el destinatario se sienta especial, y no un simple receptor de uno de muchos de paquetes que envía esa empresa cada día. Esto tiene especial sentido en empresas medianas o pequeñas que deben competir con Amazon u otros gigantes que están más enfocados en la rapidez de los envíos y en que, por supuesto, lleguen en buenas condiciones. Si el destinatario se siente protagonista de una experiencia única al abrir el paquete, es más probable que vuelva a comprar en esa empresa.
Por otro lado, el packaging personalizado también es un elemento de construcción de imagen corporativa para destacarse de la competencia. Un packaging más sostenible y ecológico y con elementos de personalización refuerzan la imagen de marca, y puede reflejar los valores de la empresa, además de ser estéticamente agradable. Estos valores pueden tener que ver con su conciencia medioambiental, la importancia que da a las relaciones humanas, etc.
Hay que tener presente que el packaging personalizado no significa que tengamos que buscar un packaging distinto para cada cliente o ser pioneros en originalidad, ya que eso es casi imposible en la mayor parte de casos y está reservado a quienes pueden hacer grandes inversiones. Ni siquiera un comercio tradicional, con unos ritmos distintos a los comercios online o con un mayor nivel de complejidad, puede detenerse a pensar una forma distinta para cada persona de empaquetar lo que vende. La idea de packaging personalizado tiene que ver con que cada receptor lo entienda como diferente del resto de marcas, y a la vez se sienta identificado de alguna manera con él. Debe sentir que recibe mucho más de lo que esperaba.
En definitiva, el packaging personalizado logra:
El diseño del packaging personalizado nos permite crear una apariencia única para nuestra marca. Al tener un diseño de packaging reconocible, es más probable que los clientes recuerden nuestro producto y lo asocien con su marca. Esto ayudará a fidelizar a los clientes con el tiempo.
El packaging personalizado suele mejorar mejorar la experiencia de unboxing de los clientes. Al diferenciar nuestro producto de la competencia, éste será más memorable.
Un packaging personalizado nos permite reflejar los valores de nuestra marca de manera tangible. Si nuestra marca se sustenta en valores estéticos, el packaging debe serlo, si apuesta por el medio ambiente, el packaging debe ser sostenible, si hace gala de productos originales, un packaging acorde reforzará esa idea. El diseño de nuestro packaging debe ser una extensión de su marca y reflejar los valores que son importantes para nosotros. Esto ayudará a crear una experiencia de cliente más cohesiva.
Un packaging personalizado también puede serlo para procurar una mayor seguridad a los productos que contiene, durante el transporte y el almacenamiento. Al invertir en el diseño de este tipo de packaging, nos aseguraremos de que nuestro producto llegue a los clientes en perfectas condiciones.
Muchos vendedores descartan de entrada la idea de packaging personalizado porque piensan que tiene que ver únicamente con el diseño del envoltorio, y por lo tanto, con hacer una inversión adicional en materiales, diseñadores, etc. Y aunque optar por esto puede ser una buena idea, existen formas de personalización que no requieren grandes inversiones sino un poco de imaginación y atención a los pequeños detalles. Por esto hemos elegido algunas ideas sencillas que van en esta línea, en el medio hemos atendido a mejoras en el envoltorio muy sencillas y hemos dejado para las últimas las que requieren una mayor inversión.
Recibir un producto con un packaging temático navideño, de Pascua, de Halloween, otoñal o primaveral, de vacaciones de verano, etc., es una buena forma de individualizarlo, ya que demuestra al destinatario que la empresa no envía un mismo paquete impersonal todo el año. Además, puede generarse una sensación todavía más única si se crean ediciones limitadas con motivo de esas mismas fechas y así se le transmite al destinatario.
Foto de Suzy Hazelwood: https://www.pexels.com/ca-es/foto/vacances-regal-nadal-celebracio-1661951/
A veces lo que genera una mayor vinculación (o engagement en inglés) entre el vendedor y el comprador es la modulación del tono según el tipo de público o el tipo de producto o servicio adquiridos. Una marca de joyas de artesanía no tendrá el mismo tono que una de joyas de lujo o una de calcetines de colores para niños o una de comida para mascotas, y eso puede reflejarse en el packaging. De ahí que, como explicamos en este otro post, debemos comprender nuestra marca a la perfección para poder dar con el embalaje personalizado perfecto.
Comprar cajas de cartón hechas por personas en riesgo de exclusión social, adquirir materiales que reduzcan la huella de carbono de la empresa o usar el packaging para mostrar y lograr el compromiso social, como presentar en él obras de arte, historias e imágenes locales, puede ser una buena idea para un packaging personalizado. Contar una simple historia de una iniciativa social en una postal puede marcar la diferencia.
Aunque no se trate de una idea especialmente original, incluir un regalo en el packaging de un producto siempre gustará al destinatario, y se puede innovar en su elección (no todo tienen que ser golosinas o llaveros). Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta recibir un regalo?
Incluir una bolsita con semillas de flores silvestres o plantas aromáticas con instrucciones sobre cómo plantarlas y cultivarlas, un artículo artesanal hecho a mano, como un marcapáginas, un adorno para el árbol de navidad o una postal, una vela perfumada o una muestra de te o de café, un curso o tutorial online gratuito relacionado con el producto adquirido o el sector, entradas para un evento en el que colaboremos, un descuento para asociarse a cooperativa de consumo etc., especialmente si a su vez están vinculados al compromiso social del que hablábamos (protección de los animales, acompañamiento de personas mayores, etc.), hará que el cliente se sienta valorado y aumentará su percepción positiva de la marca.
Si no se nos ocurre nada original, a veces, un simple cupón de descuento para una futura compra que el destinatario no se espera, puede ser todo un acierto.
Seguramente nos haya ocurrido que envolvemos un regalo y sólo con la inclusión de una bonita pegatina con el nombre, ya tiene un aspecto totalmente diferente. En el contexto del comercio esta idea también es válida: una pegatina puede parecer un toque menor, pero como toque final tiene un gran impacto en el diseño. Incluso si se trata del logotipo de la empresa, una pegatina proporciona un toque divertido al paquete y hace que responda a una visión de conjunto. Las pegatinas pueden ser recicladas y compostables.
Casi cualquier producto puede beneficiarse del efecto estético que proporciona el papel tisú: la ropa, los accesorios como los bolsos o los pañuelos, la comida, etc. Se puede usar para crear una variedad de diseños, desde un estilo sencillo y minimalista hasta un patrón más llamativo. Además, el papel tisú ofrece una protección adicional para los productos, evitando que se rayen, manchen o se deterioren.
De la misma manera que ocurre con las pegatinas personalizadas, adornar un paquete con cintas, lazos o cordeles los paquetes que nos han comprado, algo que se suele hacer más a nivel hogareño, suele tener un gran impacto como contrapartida a un mínimo estilo y esfuerzo creativo. Aunque solamente enfatice el logotipo de la empresa y sus colores de marca, es una fantástica forma de dar vida a una caja o una bolsa de envío sobrias. Es importante completar una buena imagen de marca usando materiales reciclados y que se activen con agua para no dejar residuos pegajosos como las cintas tradicionales.
Photo by Elena Mozhvilo on Unsplash
Normalmente asociamos el envoltorio de un paquete a una caja o sobre de color marrón o blanco. Por eso, sólo que optemos por un color llamativo (preferiblemente acorde con nuestra imagen de marca), ya podemos ofrecer una experiencia visual diferente a nuestro destinatario: una caja o sobre rojos, rosas, azules, verdes, violetas… pueden marcar la diferencia. Lo mismo ocurre si recurrimos a cenefas o estampados (formas geométricas, de la naturaleza, etc.) o a texturas rugosas, lisas, relieves, etc.
Un envoltorio que se convierte en un pañuelo, una caja que se despliega como un juego de mesa incluyendo una tabla con detalles sobre el producto y una sección para almacenarlo, una caja desmontable en forma de puzzle para niños, tubos de cartón para cosméticos que después sirven de lapicero o una caja de plástico compartimentada pensada para luego mantener ordenadas joyas o pequeños objetos son ejemplos de packaging pensado para tener otra vida, y por lo tanto, no generar tantos residuos, ni siquiera para reciclar. Incluso puede tratarse de una idea surgida de un concurso de diseño que previamente hayamos organizado para lograr la mejor idea de packaging multipropósito.
La simple impresión de un sudoku o una sopa de letras en la caja de nuestro paquete para que el destinatario se entretenga puede ser una idea de packaging multipropósito muy efectiva en el impacto de la marca.
¿Por qué no envolver un bote de miel con un envoltorio en forma de panal de abejas? ¿O unas galletas o unos cupcakes en una caja con forma de horno? ¿O cajas ilustradas coleccionables para completar una ilustración más grande puestas juntas? ¿O simplemente adornar un sobre con pequeñas figuras como si fuera un árbol de Navidad o una mona de Pascua? A veces pagar a una agencia de diseño creativo puede ser la mejor inversión para lograr una experiencia de compra memorable.
Llevar a cabo el embalaje personalizado de productos requiere disponer de un entorno de trabajo adecuado con equipamiento específico como bancos de trabajo, portarollos, dispensadores de relleno, etc., como los que ofrece Legro, se trate de un gran almacén o cadena de logística o de una pequeña tienda. De esta manera, aumentaremos la productividad, minimizaremos lesiones y devoluciones, entre otros.
Photo by Natalia Arkusha on Unsplash